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SER SOLIDARIO



Cuando dos o más personas se unen y colaboran para ayudar a los demás, hablamos de solidaridad.

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Gracias a ser solidarios hemos conseguido no solo vivir civilizadamente y con un grado de confort sino salir adelante ante la adversidad, ante guerras, terremotos, etc.

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El poder de la solidaridad es tan grande que cuando la ponemos en práctica nos hacemos inmensamente fuertes, y podemos asumir sin temor los más grandes desafíos.

 

El que es solidario se interesa por los demás, pero no se queda en las buenas intenciones sino que se esmera por ayudar de manera efectiva cuando se encuentran en dificultades.
 

El ser humano es un ser social. Necesita de los demás y los demás de él.

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En el IES Lacimurga Constantiua Iulia queremos ser solidarios.

19 de diciembre de 2017

Ya fuimos solidarios...

Mercadillo solidario, curso 2014-2015. Con el dinero recaudado conseguimos sacar de la desnutrición severa a 7 niños.

Mercadillo solidario, curso 2015-2016. Esta vez conseguimos ayudar a 8 niños, uno más que el año anterior.

Curso 2014- 2015. Recogida de alimentos no perecederos a favor de familias necesitadas

Gran ejemplo de solidaridad

Un niño canadiense de seis años trabajó durante meses con el objetivo de ganar dinero para crear fuentes de agua para los menos favorecidos. 

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Todo comenzó cuando una de las profesoras de Ryan le explicó en clase que, mientras que ellos disponían de una fuente de agua cada pocos metros en la escuela, los niños de África no podían ir al colegio por la escasez del líquido elemento. Esto le pareció totalmente injusto.

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Por entonces, hacer un pozo de agua en África costaba 70 dólares, así que este inquieto chico se propuso conseguir el dinero.

Lo primero que hizo fue contar el proyecto a sus padres, quienes se ofrecieron a pagarle una pequeña cantidad de dinero a cambio de hacer las tareas del hogar. Ryan consiguió, limpiado cristales y ayudando a su madre, los 70 dólares para el pozo. Pero había un problema: el pozo costaba realmente 2.000 dólares.

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Sin embargo, eso no fue problema para el pequeño. Éste, se puso a trabajar en su comunidad cortando el césped a sus vecinos, vendiendo limonada, e involucrando al barrio y al colegio y, finalmente, consiguió el dinero y que se construyera el primer pozo en África.

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Por ese esfuerzo invertido, sus vecinos le compraron un billete de avión para ir y ver el pozo que -gracias a su trabajo- logró construir en Uganda. Allí Ryan se quedó estupefacto. Al llegar todo fue una fiesta: cientos de personas bailaban alegres mientras daban la bienvenida al pequeño que les había cambiado la vida por el simple y valioso hecho de llevarles agua potable

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Esta sana ambición de querer cambiar las cosas ha hecho que ahora Ryan y su fundación construyeran un total de 878 pozos, ayudando así a más de 800.000 personas en diferentes países de África, cambiándoles la vida.

Chad, África. El Milagro del Agua.

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